sábado, 23 de febrero de 2008

PARAISO DE PESCADORES


Sirve el río Curueño , por la pureza de sus aguas, de cumplido hábitat a la trucha montañesa, variedad cuasi autóctona de la montaña leonesa, cuenta con la característica de ser un pez pardo y musculoso, de excelente carne y calidad. A lo largo de todo su recorrido de indudable interés paisajístico , ofrece el Curueño diversas cotas en la que los aficionados a la pesca pueden medir su talento y habilidad con estas truchas.
Para facilitar la captura de estos esquivos animales cuenta La VeciIla , como lugar único en el mundo, con una autóctona y curiosa raza de gallos, de la que existen dos variedades pardo e indio, cuyo plumaje recuerda a la perfección la forma y colorido de ciertos mosquitos muy de su agrado.
No todas las plumas del gallo gozan de esta ventajosa peculiaridad, cuya virtud pescadora consta ya era 1624 en el llamado "Manuscrito de Astorga", primer catálogo conocido de moscas artificiales para la pesca truchera, siendo solo adecuadas las de la zona del pescuezo y el riñón. En vista de la veraz afición de las truchas hacia este tipo de cebo y para facilitar su comercialización, se ha intentado la cría masiva de estos gallos, resultando infructuosos todos los esfuerzos, al perder las plumas su calidad y colorido cuando son alejados de su hábitat natural, aún siendo a pueblos muy próximos.

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